lunes, 27 de abril de 2020

Los días siguen pasando y el clima no mejora. Miro hacia el exterior con la cabeza apoyada en el cristal empapado, quizás esto es una señal para no ir hasta el Doce de Octubre. ¿Cómo podríamos saberlo? A veces las decisiones de la vida son así. Dos caminos, tan diferentes, tan decisivos.

Hablando de caminos, hemos estado decidiendo qué rutas podemos seguir. Lo más directo sería la autovía pero hay muchas posibilidades de que esté intransitable. No sabemos que vamos a encontrar. Otra opción sería retroceder bastantes kilómetros y subir por una carretera secundaria. Eso contando con que pudiéramos ir en coche, el depósito no aguantará un viaje a Madrid como el que hicimos para llegar aquí y no sabemos si encontraremos gasolina. Tampoco sabemos si las carreteras estarán transitables. Ir andando es una opción que tenemos que tener presente.
Para ello tenemos que controlar mucho el peso que llevamos, por si nos viéramos obligadas a hacer el camino andando. Tenemos que repartir el peso en botiquín, verduras, carne y agua. Aparte de los utensilios que debamos llevar. Vamos a tener que economizar mucho.
Por otro lado, es increíble como la carne que hemos preparado se va secando poco a poco. Nunca hubiera esperado conseguir comida de esa forma. Otro conejo ha caído en nuestras trampas esta mañana, así que lo hemos dejado preparado hoy.

A última hora hemos subido a la torre de las cristaleras y hemos vuelto a buscar la retransmisión del Hospital Doce de Octubre. El mensaje sigue ahí, inmutable.
Sólo espero que mi esperanza se convierta en un hecho real.